De no imaginar

El caso era el siguiente, un día caminando por los valles áridos
de la parte mas al sur del todo el globo terráqueo me encontré
baje una circunstancia que nadie vive muy a menudo, sigilosamente
me puse cuerpo a tierra, no había que hacer ningún ruido ni ningún
movimiento en falso, no tenia la menor idea que especies habitaran
en esas zonas tan árido como el color de mi remera, así que me servia
de una suerte de camuflaje por si en algún lugar alguien estaría al
asecho de mi organismo. Habían pasado dos horas y yo nada mas
tirado al piso boca abajo mirando con la pera apoyada en la tierra,
un tanto seca.
No podía recolectar datos acerca de mi entorno así
que realicé un movimiento en 180 grados muy paulatinamente para no
llamar la atención de ninguna especie de organismo ajeno.
Me encontré con un gran cielo abierto, colores muy saturados,
esos atardeceres en la playa increíbles, pero que rara veces los veías,
si lo llegabas a ver.
No todos se paraban a percibir, que no es lo mismo que mirar, ese tan majestuoso cielo.
Yo de pequeño me fascinaban los cielos, pasaba mañanas, tardes,
noches tirado boca arriba percibiendo los cielos, le llegaba a conformar
una cierta identidad a distintos cielos, que podía trasformarlos en
personas con distintos estados anímicos.
Pero el cielo de esa tarde noche no lo podía descifrar, no le encontraba
mucha vida que digamos, era como un cielo venido a menos pero con
colores muy saturados, si uno lo miraba muy detalladamente no le
parecía un cielo parecía algo medio extraño.
Pensando me di cuenta que en todo ese momento que estuve en el
cielo no podía escuchar ningún ruido, solo un chiflete de viento muy
debes en cuando. Me di cuenta que tenia dos chancees, que todos
estén al asecho, esperando el momento q me mueva para atacarme
desesperadamente, o que en realidad no halla nadie ni nada que me pueda atacar.
Decididamente la primera era media descabellada, así que muy lentamente
me senté con las piernas tendidas y me llamo mucho la atención lo que estaba mirando…..
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