Si no existiesen los entrelazados, nunca existirían las experiencias. Esas sensaciones encontradas en la unión de dos caminos, que se terminan convirtiendo en cuatro esquinas, donde vos te paras al medio y sentís la libertad en su máxima expresión, la libertad de poder elegir qué camino tomar realmente. Situaciones donde se conectan la mente con la fuerza interior, para dar lugar siempre a respuestas que realmente reflejan nuestro verdadero ser. No es tan extraño, sucede en la vida misma, en menor o mayor medida, en medida que te lo dispongas vos, es una invitación formal a no siempre tomar el camino que nos indican, sino elegir con instinto, siempre tirando el carro para el mismo lado, con mas inquietudes que certezas pero con una mirada crítica iniciadoras de respuestas mediante acciones.
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